Francisco REIZÁBAL

([Bilbao]-Cuenca, 1907)

Jean-Claude SEGUIN VERGARA

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Reizábal et Gracia-Criado. Descendance:

  • Francisco Reizábal Gracía-Criado.

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De origen bilbaíno, Francisco Reizábal reside en Toledo en los primeros años del siglo XX. Es directo técnico -hasta 1903- de la empresa eléctrica La Imperial. A partir de 1905, instala un pabellón "El Cinematógrafo Universal" en el Zocodover. Durante la feria de Talavera de la Reina en mayo de 1906 abre su barracón en el paseo del Prado. Un periodista local ofrece una descripción del barracón y de la reacción del público:

IMPRESIONES
Las noches del cinematógrafo.
Desde lejos se vislumbra el barracón azulado, cuyo potente foco voltaico de la portada oscila en parpadeos isócronos como muchas estrellitas del cielo, requebrando su luz plateada en la hojarasca verdosa de dos corpulentos árboles que se llerguen á su frente como colosos guardianes de aquella mansión; desde lejos también se aprecia la línea luminosa de bombillas eléctricas que se suceden á lo largo de los paseos floridos, destacándose entre el negruzco manchazo del arbolado, bajo cuyas frondas pasean silenciosas algunas parejas, hablándose muy quedo de amores y alegrías de dichas é ilusiones…
Dentro de esta barraca azulada que ostenta un letrero que dice: “Cinematógrafo Universal”, se exhiben las películas más atractivas que la ciencia de la fotografía ha logrado obtener como progreso indudable de los tiempos modernos; un público numeroso contempla las hazañas que pudiéramos llamar humanitarias y heroicas, del perro leal que rescata á tierna niña de los esqueléticos brazos de ladina gitana; los sufrimientos y tribulaciones de un valiente náufrago que vuelve á su casa á costa de sacrificios y triunfos casi imposibles para resistir una nueva desdicha, viendo como su mujer, creyéndole muerto, ha contraído matrimonio; contemplando los horrores de la guerra ruso-japonesa, los entretenidos pasajes de la Peregrinación á Lourdes y mil y mil ocurrencias que con su realismo avasallador entusiasman á los espectadores.
Fuera, mientras tanto, se aglomera otra multitud no muy compacta, que. acercándose á la taquilla del vestíbulo, va comprando entradas para la sesión próxima; en los paseos deambulan incógnitas personas que en la penumbra semejan espectros fantásticos; el murmurio del río se deja oír con monotonía desesperante y un vientecillo sutil, primaveral, columpia el ramaje de la arboleda en flor.
Y esto sucede todas las noches. Se repite á diario, como veréis, queridos lectores, si dirigís serenos vuestros pasos hacia el Prado florido y pintoresco.
Yo he entrado, en varias ocasiones, en este cinematógrafo simpático y he visto como el pueblo tiene gran afición á las películas demostrativas de terroríficos; he notado cómo prefiere los hechos expuestos, temibles, miedosos; predilección nacida de su carácter eminentemente fantástico, ilusionista, gustoso de fuertes sensaciones que le embarguen el corazón y le atenacen los sentidos; me he percatado de cómo siente el pueblo, de cómo goza, de cómo sufre; lo primero valiéndose de su fibra meridional que, como impresionable, le facilita la concepción de lo bello, de lo sublime, aunque esto á veces lo reduzca á lo más notorio ó materializado; lo segundo por medio de su ignorancia inofensiva que le proporcionar fácilmente alegrías y placeres, y lo tercero, ejercitando sus teorías sencillas de humanitarismo.
Todo esto, querido lector, que podía constituir un folleto de Psicología de los humildes, se patentiza en el interior de la barraca azulada, cuyo potente foco requiebra su luz en la hojarasca verdosa de dos árboles; en aquella mansión donde se suceden los acontecimientos de mayor y universal renombre, donde las maravillas y las calamidades tienen su palenque, donde, por último, se aprende, se siente, se goza ó se sufre, cada cual á su manera; los impresionables nerviosamente, los fríos con entereza atílica, que á menudo les lleva á la inconsecuencia con el medio ó les conduce á la lucha pasiva y desigual con la realidad triste y desconsoladora…
Todo esto lo he visto y á veces me he identificado con la masa del pueblo, cuya conjunción de sentimientos es, sin disputa, la más lógica, la más racional, la más acertada…
M. G. T.


El criterio, Talavera de la Reina, sábado 2 de junio de 1906, p. 1.

A partir de octubre, el Cinematógrafo Universal ofrece sesiones de proyecciones de vistas animadas en el Teatro Cervantes hasta el final del año. No vuelve a saber de él hasta la siguiente nota publicada en marzo de 1907:

Anoche corría el rumor de que D. Francisco Reizábal, pesona muy conocida en esta capital, y dueño del Cinematógrafo que durante varios meses estuvo instalado en Zocodover, se había suicidado en Cuenca.
A pesar de las averiguaciones que hemos hecho, no hemos podido confirma dicha noticia, que sólo a título de rumor publicamos.


Heraldo de Toledo, Toledo, 16 de marzo de 1907, p. 3.

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05/05-<17/08/1905 Espagne Tolède Plaza de Zocodover Cinematógrafo Universal  Joaquín Marañés
<17-<22/08-1905 Espagne Tolède Paseo de Merchán Cinematógrafo Universal   
>22/08/1905-<27/04/1906 Espagne Tolède Plaza de Zocodover Cinematógrafo Universal   
15/05-<29/09/1906 Espagne Talavera de la Reina Paseo del Prado Cinematógrafo Universal   
14/10-31/12/1906 Espagne Talavera de la Reina Teatro Cervantes Cinematógrafo Universal  

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