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Diorama |
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Fructuoso Gelabert |
Carmen Vital, Juan Morales, Juan Alarma, Antonio Riba, José Vico, Juan Solsona, José Parera, Joé Pineda |
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Señorita agraciada y con un millón de pesetas La primera película que se impresionó en la casa bajo mi dirección fue un verdadero éxito. Se trataba de un asunto que produjo en Barcelona una gran expectación. He aquí el hecho: Por aquel entonces explotaba el local llamado "Vaquería del Parque", situado en los jardines de la Ciudadela, el conocido exconsejal señor Montaner. La gente no acudía como él deseaba, y dotado de una gran capacidad para la propaganda, publicó en la Prensa de Barcelona un anuncio concebido de esta forma: Señorita agraciada, con un dote de un millón de pesetas, desea casarse con un joven guapo y elegante. Sitio de la cita, en la "Vaquería del Parque", de once a doce de la mañana. Las señas serán: llevar una gardenia en el ojal de la americana. Yo llevaré un abanico blanco. El reclamo fue de tal naturaleza, y la propaganda que se hicieron mutuamente los jóvenes para adquirir el millón cundió tantísimo por la Ciudad Condal, que éste era el tema de todas las conversaciones entre la juventud casamentera. Naturalmente, la "Vaquería del Parque" se llenó de jóvenes más o menos guapos y elegantes, y no es necesario decir que la señorita del abanico blanco no apareció. La Prensa dio acogida al aunto, publicando un reportaje sobre el número de guapos que acudieron a la cita, cosa que aumentó la broma. Conocidos estos preliminares, no fue nada extraño el éxito que obtuvo la cinta, a la que, como es natural, puse por título: Los guapos de la Vaquería del Parque. Después de esta propaganda y de los hechos que siguieron, durante mucho tiempo, en Barcelona, a todo joven que llevara una flor en el ojal se le decía si era uno de los guapos de la "Vaquería del Parque". El éxito alcanzado se debió tanto al asunto, de palpitante interés en aquellos tiempos, como a la buena impresión de la cinta, la cual se exhibió a los tres días siguientes a su impresión de la cinta, la cual se exhibió a los tres días siguientes a su impresión, y durante más de un mes continuamente, siempre con llenos completos; el público tenía interés en conocer los guapos que habían acudido a la cita de la señorita agraciada y con un millón de dote y creía que aquellos guapos eran los auténticos. Se pasaba un cuarto de hora de risa continua, y en la cinta se habían intercalado algunas vistas de los bellos jardines y edificios del Parque de la Ciudadela. En dicha película tomaron parte la señorita Carmen Vital y los jóvenes Juan Morales, ya renombrado escenógrafo; Juan Alarma, hermano del también conocido escenógrafo; Antonio Riba; José Vico, hijo del genial actor del mismo nombre; Juan Solsona, José Parera, José Pineda, conocido tenor, más numerosa comparsería. La película tenía un total de 250 metros, que era entonces el metraje máximo que tenían las mejores cintas. Fructuoso Gelabert,"Aportaciones a la historia de la cinematografía española", Primer plano, año 1, Núm. 3, Madrid, 3 de Noviembre de 1940.
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3 |
07/06/1905-18/06/1905 |
250 m |
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Ayer ocurrió en esta capital un hecho que viene á confirmar la verdad de aquel antiguo adagio latino que decía: «Stultorum infinitus est numerus». He aquí la historia de lo ocurrido: Hace algunos días un periódico publicó un anuncio en el cual se decía que una señora americana retribuiría espléndidamente á joven distinguido y de elegante figura que quisiera acompañarla, durante seis meses, en un viaje por el extranjero. Los aspirantes debían dirigirse por carta á una agencia de anuncios, acompañando su retrato. A cuantos solicitaron la plaza les contestó la «señora americana» en estas ó parecidas frases: «Señor don Fulanito de Tal: Su fisonomía me ha sido muy simpática, y desde luego puede usted contar con que es usted el agraciado para acompañarme. El día 7, á las… de la tarde, podremos encontrarnos en la Vaquería Suiza del Parque, y allí podremos concretar cuanto sea necesario para realizar nuestro viaje.» Dicho y hecho. Ayer tarde, á la hora prefijada por la «señora americana», comenzaron á acudir al lugar de la cita varios jóvenes, rivalizando unos con otros en elegancia y finura. Casi todos lucían sendas flores en el ojal de la americana, con objeto, sin duda, de que su linda figurita resaltara todo lo más posible. Los primeros que acudieron á la cita asediaron á preguntas á los camareros de la Vaquería Suiza, los cuales no supieron dar razón de la «señora americana”. No se desanimaron por esto, y aguardaron á ver si comparecía. Pero á medida que iban pasando los minutos, iba aumentando el número de… jóvenes elegantes y distinguidos que se presentaban á la cita. Los reunidos llegaron á ser más de cuatrocientos. Comprendiendo entonces que el anuncio no había sido más que una guasa, se dirigieron en manifestación á la agencia de anuncios y empezaron á dar voces diciendo que se les había tomado el pelo (casi todos lo llevaban muy largo) y que se les devolviera el retrato. Fue tal la gritería que se armó, que tuvo que intervenir la policía, la cual calmó los ánimos, invitando á los manifestantes á que fueran á exponer sus quejas en la inspección de guardia del Gobierno civil. Así lo hicieron, y el inspector de guardia conferenció con el gobernador acerca de lo que procedía. El señor González Rothvoss supo luego que la Agencia anunciadora tenía ya preparado para hoy otro anuncio en el cual se dice que los jóvenes no agraciados pueden pasar á recoger sus retratos. Así se lo transmitió el inspector de guardia á la comisión que subió á verle. Finalmente, la policía tuvo que dispersar los grupos de jóvenes elegantes que se habían formado frente al Gobierno civil.
La Vanguardia, Barcelona, 8 de junio de 1905, p. 2.
El reclamo de la señora americana, que solicitando un joven para que la acompañase de viaje, logró reunir cuatro cientos elegantes en la Vaquería Suiza del Parque de Barcelona, ha sido, según noticias, una estratagema de un fotógrafo para sacar una interesante película qu en breve se exhibirá en un acreditado cinematógrafo del extranjero. Menos mal si no se exhibe en Barcelona.
Diario de Reus, Reus, 12 de junio de 1905, p. 1.
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Espagne, Barcelone
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