El cinematógrafo de El Buen Tono (Casa de Comercio, < 19 de marzo de 1904)

La empresa "El Buen Tono", cuyo director es Ernesto Pugibet, ofrece proyecciones animadas gratis en la casa de comercio de los Sres Trueba y Canales:

Diversión gratis
Durante la semana hemos tenido en esta ciudad vistas gratis de un cinematógrafo que recorre las poblaciones para anunciar la acreditada fábrica de Cigarros "El Buen Tono", S.A.
El aparato se colocó en la azotea de la casa de comercio de los Sres. Trueba y Canales, esquina de las calles del Comercio y Cinco de Mayo, con vista hacia el jardín del frente de la Aduana Fronteriza.
Noche con noche ha estado aquel lugar muy concurrido.

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Revista Internacional, Ciudad Juárez, 19 de marzo de 1904, p. 3 (citado en LEAL, 2015: 65).

El cinematógrafo (Tívoli Juárez, <23> de julio de 1904)

A mediados de julio, se proyectan vistas animadas en el Tívoli Juárez de Ciudad Juárez:

Según hemos sabido a última hora, sólo los domingos se seguirán dando las vistas de cinematógrafo que se estaban poniendo todas las noches en el Tívoli Juárez.

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Revista Internacional, Ciudad Juárez, 23 de julio de 1904, p. 3.Citado en LEAL, 2015: 227)

Según el mismo periódico, la afluencia es muy importante, y los consumidores que se aprovechan de estas proyecciones no dejan su silla:

El Tívoli Juárez
Muy concurridos se han visto durante la presente semana, por gente de todas las clases sociales y de todos los sexos y edades, los patios y las Calles del Comercio y la Avenida Lerdo, desde donde pueden verse las vistas de cinematógrafo y estereopticón que se ponen noche á noche, de 8 á 11, con objeto de atraer la concurrencia á aquel lugar.
Es muy digno de agradecerse al propietario del "Tívoli Juárez" el pasatiempo divertido que proporciona al público, y éste debe procurar corresponderle, haciéndole consumo de los refrescos que se sirven en las mesas que al efecto ha colocado en su establecimiento y desde cuyos asientos se ven las vistas mencionadas; pero sucede que muchas personas no pueden allegarse á las mesas para pedir que se les sirva algo que desean, porque los asientos permanecen ocupados por personas, muchas de las cuales, si hacen el consumo una vez, se olvidan de seguir haciéndolo, pero sin dejar los asientos, y sería bueno que á esas personas se les mandara servir algún refresco de vez en cuando, y si no lo aceptan se les suplicara dejar el lugar para que lo ocupen otras que desean hacer el consumo.

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Revista Internacional, Ciudad Juárez, 23 de julio de 1904, p. 4.